sábado, 15 de marzo de 2014

VARIEDADES DE BROTES Y GERMINADOS

La germinación hace que las semillas de cereales y leguminosas aumenten su valor nutricional. Cuando un grano cuenta con el agua, el oxígeno y el calor necesario, germina para formar un nuevo ser vivo, una planta que a su vez producirá nuevas semillas.
Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado; los más apreciados por su textura y por el buen sabor de sus brotes son los obtenidos de legumbres (soja verde, judía mungo, alfalfa), cereales (trigo, cebada) y de berro, rábano, calabaza, girasol, lino y sésamo.


 Alfalfa: completo y más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K , calcio, magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc y los aminoácidos más importantes. Es remineralizante, combate la fatiga y la debilidad.
• Arvejas: proporcionan clorofila, proteínas, carbohidratos, fibra, vitamina A, hierro, potasio y magnesio..
• Berro: muy adecuado para combatir los síntomas de la fatiga primaveral. Alcaliniza y depura la sangre, neutraliza el exceso de toxinas. Regula el metabolismo. Es rico en hierro, fósforo, manganeso, cobre, zinc, yodo, calcio y vitaminas A, B2, E y C.
• Garbanzos: son ricos en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A y C. No producen gases durante la digestión
• Lentejas: retrasan el envejecimiento y son ricas en proteínas, vitamina C y hierro.
• Maíz: alto contenido en magnesio, necesario para conservar la tensión muscular especialmente en el tracto intestinal.
y lípidos.
• Semillas de girasol: ricas en proteínas, grasas insaturadas, vitaminas B y E, calcio, hierro, fósforo, potasio y magnesio.
• Rabanito: contiene abundante clorofila , útil para combatir digestiones pesadas y para calmar la tos.
• Trigo: es rico en proteínas, magnesio, fósforo y vitaminas B y E. Previene infecciones, remineraliza, regenera las células y sirve para tratar trastornos nerviosos.



Algunos ejemplos

Germinado de alfalfa: se remojan las semillas durante 12 horas. Luego se escurren y se colocan en el tarro de cristal, esparcidas por toda su superficie y se tapa el tarro con una gasa sujeta con una goma. Se colocan en un lugar oscuro y a una temperatura aproximada de 20 grados. Se deben enjuagar dos veces al día, sin quitar la gasa para que no se escapen las semillas y volviendo luego a repartirlas por todo el tarro. Al cabo de 6 o 7 días estarán listas para comer.
Los brotes de alfalfa son los germinados por excelencia. Se les podría dar la categoría de complemento vitamínico-mineral, ya que contienen gran cantidad de todos los minerales, vitaminas y oligoelementos necesarios para mantener nuestros procesos vitales. Además, contienen los aminoácidos más importantes y una excelente relación calcio/fósforo (muy importante en osteoporosis). También aporta gran cantidad de vitamina K y de clorofila.
Germinado de fenogreco (también llamado alholva): la diferencia con el anterior es que el tiempo de remojo son 8 horas y pueden estar listas para comer en 4 días.
Este germinado contiene una sustancia, la fenogrekina, que interviene en la regulación de la secreción de insulina por el páncreas. También contiene galactomanano que ayuda a mejorar la respuesta a la glucosa en diabéticos y reduce los niveles de colesterol, por lo tanto es hipoglucemiante e hipolipemiante. Funciona como aperitivo, es decir, tomado al principio de las comidas abre el apetito. Como curiosidad, en la antigüedad las mujeres orientales, en lugar de perfumarse exteriormente, comían germinados de fenogreco para oler bien, ya que otorgan un especial olor al sudor.
Germinados de lentejas y soja verde: necesitan unas 14 horas de remojo, y están listas para tomar a los 4-6 días de germinación.
Germinados de sésamo y quinoa: necesitan unas 6 horas de remojo y su tiempo de germinación es de 1-3 días.
Por lo general los germinados deben ser consumidos en crudo para no mermar su contenido nutricional. Lo ideal es usarlos en todas las ensaladas, aunque también se pueden añadir a otros platos como revueltos, purés, sopas, guisos, potajes, salteados, guarniciones, bocadillos, etc., siempre procurando añadirlos al final del cocinado para que estén el mínimo tiempo al fuego. Son alimentos muy tiernos, incluso los germinados de legumbres y granos, y su sabor difiere según el tipo de que se trate (desde el sabor dulce de los germinados de trigo hasta el sabor algo picante de los germinados de rábano o mostaza)
Es evidente entonces que los germinados son alimentos muy vivos y activos interiormente, y que nos proporcionan una enorme cantidad de nutrientes al tiempo que nos contagian su gran vitalidad.











Fuente: http://www.alimentacion-sana.org/informaciones/novedades/brotes2.htm

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